Las listas negras circulaban por redacciones, editoriales, escuelas y todo ámbito laboral. Pero como dice la canción de María Elena Walsh, con la que hoy izamos la bandera en nuestra querida escuela, "Como la cigarra", seguimos cantando; porque las voces no se callan, porque siguen en sus hijos, en nosotros...
¿Escuchamos esta bella canción de Gieco, prohibida por la dictadura?
A continuación transcribo una carta que escribió Rodolfo Walsh a los tres meses de la muerte de su hija. Unos meses más tarde, él mismo sería asesinado por los militares cuando recorría las calles dejando una carta (te recomiendo que la leas porque muestra su compromiso en tiempos difíciles y es, además, un ejemplo de retórica) en los buzones en la que acusaba a la Junta Militar de todos los crímenes que estaba cometiendo.
Carta a mis amigos.
Hoy se cumplen tres meses de la muerte de mi hija, María Victoria, después de un combate con las fuerzas del Ejército. Sé que la mayoría de aquellos que la conocieron la lloraron. Otros que han sido mis amigos o me han conocido lejos, hubieran querido hacerme llegar una voz de consuelo. Me dirijo a ellos para agradecerles, pero también para explicarles cómo murió Vicky y por qué murió.
Para seguir leyendo la carta clikeá aquí.
María Victoria Walsh, "Vicky", se quitó la vida, luego de un intenso tiroteo contra las fuerzas represivas en el barrio porteño de Villa Lugano, el 29 de septiembre de 1976.
Seguramente llevaba encima una ampolla de cianuro, porque era preferible morir envenenado que torturado una y mil veces hasta perecer...
Esta carta fue extraída de "Palabra Viva", un libro que disponemos en nuestra biblioteca y que reúne textos de escritores y escritoras desaparecidos y víctimas del terrorismo de Estado.
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